1.-:”Dichosos sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz”
-Dichosos los pies de san
Francisco de Javier, gloria de Dios, de la Iglesia, de Navarra y nuestra. Nos
alegramos y damos gracias a Dios por él. Dios hace maravillas, y Dios muestra
su providencia sobre la Iglesia, Dios nos da estímulos y ejemplos para que
también nosotros sigamos las huellas de los santos y realicemos nuestra misión
y alcancemos nuestra vocación, la santidad. Todo esto y más es Francisco de
Javier para nosotros.
2.-“Id y haced discípulos de todos los pueblos”
-Javier escuchó esta llamada
del Señor, que es llamada a todos los seguidores de Jesús. Todos hemos sido
bautizados para ser misioneros y anunciar el evangelio. Cada uno en la parcela
del mundo que Dios, por llamada particular, nos va asignando.
-Francisco de Javier no sólo
fue fiel y obediente a este mandato del Señor, sino que lo cumplió con pasión y entrega admirables.
-Cuadra perfectamente aplicar
a nuestro santo las palabras de san Pablo: “El
hecho de predicar no es para mí motivo de soberbia. No tengo más remedio. Ay de
mí si no predicara el evangelio. ¿Cuál es mi paga? Precisamente, dar a conocer
el Evangelio… Me he hecho todo a todos… ¡Qué pasión por Cristo…qué ambición
por llegar a todos, y convertir a todos, y alegrar la vida de todos anunciando
la alegría del evangelio… ¡Cuánto nos enseña san Francisco a nosotros que nos
creemos cristianos, pero, a la vez,
intentamos por todos los medios portarnos a tono con lo políticamente y
no salirnos de ahí.
3.- ¿Dónde está el secreto de esta pasión de
san Francisco por evangelizar, tan necesaria hoy para todos y en todas las partes?
-Podemos adivinar este secreto
a través de una carta célebre de san Francisco a los jesuitas de Goa, tres
meses después de haber llegado a Japón y haber experimentado la dificultad
enorme para introducir el mensaje del evangelio en aquella cultura sabia y
segura de sí.
Francisco está pensando en los
jóvenes jesuitas que se han entusiasmado y tienen prisa por ir como él a todas
partes anunciado el evangelio. Él les dice que se “aparejen” bien, es decir,
que se preparen concienzudamente para
afrontar las dificultades y sacrificios que
van a encontrar. Y les dice
literalmente: “Acordaos siempre que en
más tiene Dios una buena voluntad llena de humildad con que los hombres se
ofrecen a él, haciendo oblación de sus vidas por solo su amor y gloria, de lo que
precia y estima los servicios que le hacen, por muchos que sean”.
-San Francisco les dice que
agrada más a Dios y le da más gloria una entrega total y humilde de la persona,
que todas las actividades y empresas que pueda llevar a cabo esa persona. Lo primero
y principal es ser toda de Dios. Toda. En palabras suyas: “una voluntad que se ofrece
haciendo oblación de sus vidas por solo su amor y gloria”. Porque si no
estamos dados del todo a Dios no podremos hacer grandes cosas en la
evangelización. Pero también, porque
ofrenda de la propia persona, el estar del todo rendida y entrega a
Dios, y solo Dios, es la obra que más le agrada y la más beneficiosa para el
Reino.
4.- Vosotras, hermanas, no
vais a recorrer la India ni llegar hasta el Japón…. Pero tenéis una gran
empresa y muy rentable en orden a la evangelización: Daos de corazón al Señor,
ofrecer humildemente toda vuestra persona. Esta es una tarea tan vasta como los territorios que recorrió Javier por el Extremo Oriente. Esta es para vosotras
la manera de obedecer el mandato de Jesús, que tan fielmente obedeció Francisco
de Javier: “Id y predicad el evangelio a
toda criatura….”