Textos:
-Éx
32,7-11.13-14
-1Tim
1,12-17
-Lc
15,1-32
Monición al evangelio
El evangelio
que nos propone la Iglesia en la eucaristía de este domingo es el
capítulo quince del evangelio de san Lucas, conocido como el
capítulo de las parábolas de la misericordia.
Estas
parábolas de Jesús, muy fáciles de entender, manifiestan con
extraordinaria claridad el rasgo más admirable del rostro de Dios,
su misericordia.
Jesucristo
con su predicación y con su misma existencia, da lugar a que la
misericordia de Dios sea verdaderamente el núcleo de su evangelio,
la buena noticia que él anuncia para salvar al género humano.
Muchos
espíritus religiosos han encontrado en estas parábolas el rostro de
Dios que buscaban; muchos hombres y mujeres se han dejado seducir y
ha venido a la fe, y a los más altos grados de la santidad escuchar
en la Iglesia estas palabras que salen de los labios de Jesús; sobre
todo, muchísimos pecadores se han convertido, han llorado su pecados
y han encontrado la paz y el consuelo al leer estas parábolas que
hoy se proclaman.
Va adelante
ya el Año de la Misericordia, señalado por el papa Francisco:
Conviene que nos preguntemos cada uno de nosotros, si en este tiempo
hemos experimentado de manera nueva el rostro misericordioso de Dios.
De
todas las maneras, haremos bien si prestamos especial atención a la
proclamación de este evangelio, justo en este año y en este
domingo.
Primero,
cantaremos de pie el aleluya como canto que reconoce la importancia
de la Palabra de Dios que vamos a escuchar.