-Textos:
-Am
8, 4-7
-Sal
112, 1b-2. 4-8
-1 Tim
2, 1-8
-Lc 16,
1-13
Queridas
hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:
De
la parábola del administrador astuto y tramposo que acabamos de
escuchar en el evangelio de hoy no hemos de quedarnos con la
parábola, sino con las enseñanzas que Jesús quiere darnos a
propósito de esa parábola.
Una
es justamente la última frase de este evangelio:
“No podéis servir a Dios y al dinero”.
Pero yo voy a fijarme en otra: -“Los
hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la
luz”.¿Qué
sentido tiene este reproche de Jesús?
Jesucristo
viene a decirnos: Vosotros, mis discípulos, a la hora de transmitir
la fe en mí y de propagar el evangelio, debéis ser tan buenos
comunicadores, tan hábiles y tan convincentes, como son astutos para
ganar dinero y salir adelante los paganos que andan en negocios de
este mundo.
Debemos
ser humildes y aceptar el reproche de Jesús: “Los
hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la
luz”.
No
podemos quedarnos en lamentos pesimistas y nostalgias del pasado. Los
cristianos somos más que nunca necesarios en una sociedad que está
intentando prescindir de Dios, y cada vez se siente más desorientada
e insatisfecha. Jesucristo es “el
camino, y la verdad y la vida”,
sólo él tiene palabras de vida plena, verdadera y eterna.
Nuestro
papa Francisco ha lanzado al mundo católico una campaña para hacer
del próximo mes de octubre un mes especialísimamente misionero. El
papa nos ha dicho: “He
pedido a toda la Iglesia que durante el mes de octubre de 2019 se
viva un tiempo misionero extraordinario, para conmemorar el
centenario de la promulgación de la Carta apostólica
Maximum
illud
del Papa
Benedicto XV (30 noviembre
1919).
“Id
por todo el mundo y anunciad el evangelio a todas las gentes”,
nos dice el papa, y lo motiva de esta manera: “Es
un mandato que nos toca de cerca a cada uno: yo soy siempre una
misión; tú eres siempre una misión; todo bautizado y bautizada es
una misión. Quien ama se pone en movimiento, sale de sí mismo, es
atraído y atrae, se da al otro y teje relaciones que generan vida.
Para el amor de Dios nadie es inútil e insignificante. Cada uno de
nosotros es una misión en el mundo porque es fruto del amor de
Dios”.
Nuestro
arzobispo Francisco, al ser presidente de la comisión Episcopal de
Misiones, está especialmente comprometido en esta campaña del papa,
y estos días viaja por toda España animando la campaña. Él
va diciendo que "ser misionero está en el corazón mismo de la
fe de cada bautizado". Por ello, ha llamado a "cultivar el
encuentro con Cristo; porque sólo así la evangelización encontrará
la verdad, la fuerza y la convicción que necesita".
Hermanos y
hermanas: Mes de octubre, mes misionero: una oportunidad para
demostrar que “los hijos de las tinieblas no son más astutos que
los hijos de la luz” a la hora de comunicar el evangelio y
transmitir la fe.