-Textos:
-Lev
19, 1-2. 17-18
-Sal
102, 1-4. 8 y 10. 12-13
-1
Co 3, 16-23
-Mt
5, 38-48
“Pero
yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os
persiguen”
Queridas
hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:
Dios
cree en el amor. Dios cree en su amor, en su amor infinito. Y Dios
apuesta por el amor para salvar a los hombres y al mundo. Por eso
Dios envió al mundo a su propio Hijo para que el mundo se salve por
él”.
Jesucristo,
Hijo de Dios y el enviado del Padre, anuncia que comienza el Reino,
el reinado de Dios. Pero él no apuesta por la violencia, ni por las
armas, ni por el dinero, ni por la manipulación de las conciencias.
Jesucristo cree en el amor, respeta nuestra libertad y quiere ganarla
demostrando el amor que nos tiene.
Y
para implantar el amor de Dios en el mundo y establecer el Reino de
Dios, nos llama a ser discípulos suyos: “Id
al mundo entero y proclamad el evangelio”. Es
decir, creed en el amor y amad como yo os he amado: Habéis
oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero yo os
digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te
abofetea en la mejilla derecha preséntale la otra…
Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a
tu enemigo”. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por
los que os persiguen…”
No
es que Jesucristo considere inútiles, o despreciables la razón, la
ciencia, la técnica, incluso la política, el dinero y otros medios
humanos, en sí buenos.
Jesucristo
propone el amor, un amor como el suyo, como alma de todas las
realidades de todos los medios humanos. Que el amor de Dios,
manifestado en Cristo, empape, impregne y sea la esencia y el alma
de toda la actividad humana. Así se irá implantando el Reino de
Dios en el mundo y se hará realidad el sueño y la promesa de “un
cielo nuevo y una tierra nueva”.
Rechazar
la violencia, amar a los enemigos, perdonar hasta setenta veces
siete, es la propuesta de Jesús para un mundo nuevo.
Y
nosotros decimos: “Es muy hermoso, pero nos parece un poco ingenuo,
y, sobre todo, muy difícil.
Y
aquí viene la buena noticia y el secreto que encierran estas
propuestas tan llamativas y tan radicales de Jesús. En el fondo de
estas afirmaciones hay otra afirmación más novedosa y cierta de
Jesús: “Si tú crees en mí, si tú te apoyas en mí, tú vas a
poder amar con este amor que yo amo, y vas a poder perdonar a tu
enemigo, como yo perdono; vas a poder devolver bien por mal, como yo
hago; y vas a poder ganar a tus prójimos hacia el bien, hacia la
cooperación y la fraternidad.
Porque
yo, al proponerte este programa, te doy mi Espíritu, el Espíritu
Santo de Dios. Tú cree en mí y tendrás mi Espíritu, el Espíritu
de Dios, y podrás amar con la potencia del amor divino. Si crees en
mí, esto está a tu alcance. Esta es la novedad que traigo y que
ofrezco al mundo.
Para
eso te pido que me sigas, te ofrezco la palabra de Dios para
escuchar, la comunidad de seguidores míos para sostener tu ánimo;
te ofrezco el sacramento del perdón para que vuelvas al buen camino,
te doy mi Espíritu en los sacramentos, y mi presencia, mi cuerpo y
mi sangre, en la eucaristía. Tú puedes amar como yo amo,
“tú puedes ser perfecto, como mi Padre celestial es Perfecto”.