domingo, 18 de octubre de 2020

DOMINGO XXIX T.O. (A) DOMUND

-Textos:

       -Is 45, 1. 4-6

       -Sal 95, 1. 3-5. 7-10ac

       -Tes 1, 1-5b

       -Mt 22, 15-21


Recordamos ante Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza”

Queridas hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:

Hoy celebramos en la Iglesia un domingo especial, el DOMUND. Por eso, me ha parecido mejor dejar a un lado el tema del evangelio comentado tantas veces, “Dad al cesar lo que es del cesar y a Dios lo que es de Dios”, para hablar del DOMUND.

Se trata este año de un Domund del todo especial debido a la pandemia de Covid-19. El papa Francisco ante la asamblea de las Naciones Unidas dijo: “La pandemia nos ha demostrado que no podemos vivir sin el otro y menos aún, el uno contra el otro”. Si en nuestros países desarrollados la pandemia está produciendo efectos catastróficos en la salud y en la economía, en los países menos desarrollados los perjuicios de Covid-19, se suman a calamidades como la malaria, el dengue y el hambre.

Y en eso países está la Iglesia y están nuestros misioneros.

Lejos de dejarse amedrentar por el coronavirus, han continuado en sus puestos, y en su misión de anunciar a Jesucristo: curando las enfermedades, llamando a la fe y dando testimonio de caridad extrema.

El apóstol san Pablo, hoy en la segunda lectura dice de la joven comunidad cristiana de Tesalónica que él había fundado pocos años antes: -“Recordamos ante Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza”.

¿Se puede decir de nosotros cristianos y católicos, de nuestras familias, de nuestras parroquias, de nuestra diócesis esta preciosa frase, síntesis perfecta de lo que es y de lo que debe ser fe cristiana real y coherentemente vivida?: -“Recordamos ante Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza”.

Porque tengamos muy en cuenta el lema que el papa Francisco ha querido proponer para la jornada de este año: “Aquí estoy, envíame”.

El lema va directo a todos y a cada uno de los cristianos. Es un lema, ciertamente que de manera especial harán bien los jóvenes y las jóvenes en planteárselo en serio ante Jesús que sale al encuentro y dice: “Ven y sígueme”, para responderle: “Aquí estoy, envíame”.

Pero no es solo para los jóvenes, el lema del DOMUND de este años: “Aquí estoy, mándame”, está dirigido a jóvenes y mayores, y a todas las familias y a comunidades parroquiales cristianas.

Los misioneros y misioneras que están firmes en la línea de batalla curando el coronavirus y mil enfermedades, y dando testimonio de Jesús que habla de Dios, Padre de perdón y de misericordia, que se compadece del pobre, del huérfano y de la viuda, los misioneros, nos sacarán los colores de la cara si no tomamos en serio el grito del Domund de este año: “Aquí estoy, envíame”.

Recordad lo que S. Pablo dice de una verdadera comunidad cristiana: “La actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza”. Seamos coherentes con lo que somos y respondamos a la llamada del DOMUND de este año.