-Textos:
-Hch 4, 8-12
-Sal 117, 1. 8-9. 21-23. 26. 28-29
-1 Jn 3, 1-2
-Jn 10, 11-18
“Yo soy el
Buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen”
Queridas
hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:
Domingo del
Buen Pastor y Jornadas por las vocaciones:
La hermosa
alegoría del Buen Pastor es muy clara y aleccionadora: Jesús es el Buen Pastor,
nosotros, los discípulos, los que creemos en él somos ovejas de su rebaño. Para
Jesús somos muy importantes. Nos conoce a cada uno, nos cuida, cuenta con
nosotros, nos quiere y cuenta con nosotros, a cada uno nos llama por su nombre.
Ha dado la vida por nosotros, nos quiere salvar, y nos quiere para
encomendarnos una misión en esta vida. Para Jesús todos somos muy importantes y
sumamente valiosos.
Será muy
provechoso para nosotros que hoy dediquemos un tiempo, un rato, a orar con este
evangelio, y en silencio y en presencia de Dios nos hagamos esta pregunta:
“Señor, ¿de verdad cuentas conmigo? ¿Soy importante para ti? ¿Qué quieres de
mí, aquí y ahora?
Conviene
también que releamos la segunda lectura de san Juan: “Mirad qué amor nos ha tenido el Padre (Dios) para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!”. Hijos de
Dios, en el bautismo Dios, ha hecho una alianza con cada uno de nosotros. Él,
porque quiere y porque nos quiere nos ha hecho hijos suyos. Nos trajo al mundo
y nos creó, porque nos amó- Pero más todavía, por medio de nuestros padres, de
la Iglesia, Dios en el bautismo nos ha hecho hijos suyos, nos ha dado la vida
misma de su Hijo, Jesucristo, la vida que Jesucristo como Verbo de Dios vive en
el seno de la Trinidad. Vida eterna, vida divina, de calidad infinitamente
mejor y más rica y dichosa que la vida natural que nos dieron nuestros padres.
Dios ha hecho Alianza con nosotros, al ponernos el nombre del Bautismo: Juan Javier,
María Teresa, Carmen, Antonio, yo te doy
mi vida, te hago mi hijo, mi hija para siempre. “Mirad qué amor nos ha tenido el Padre (Dios) para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!”. Y Dios
es fiel. Dios mantiene su palabra y su
compromiso con nosotros. No nos abandona, aun cuando pecamos y nos vamos por
caminos de la vida equivocados. No se aburre de nosotros, aun cuando nosotros
prescindimos y nos olvidamos de él. Él sigue junto a nosotros, espera, y espera
hasta que nos convirtamos. Él, Dios, Padre, es fiel. Y Jesucristo su Hijo nos
llama y nos encomienda una misión, nos conoce con nuestro nombre propio, nos
cuida, porque nos conoce, nos quiere, y nos quiere también para una misión.
Somos importantes para él, él cuenta con nosotros para encomendarnos una misión. Hoy Jornada de las vocaciones. Jesús,
el Buen Pastor, nos llama; todos los que creemos en Jesús tenemos una misión en
el mundo: Trasmitir la fe, trabajar por la solidaridad y la justicia en el
mundo. Pero hoy ponemos especial atención en las vocaciones sacerdotales y
vocaciones dedicadas a tiempo pleno a la evangelización.
Es patente a
los ojos de todos, la escasez de sacerdotes que estamos padeciendo en nuestras
comunidades cristianas, aquí en Europa y en el mundo Occidental. Justo los
países que hemos sido la fuente de la evangelización en el mundo. Es
responsabilidad de los cristianos adultos, de las comunidades parroquiales, de
las familias, de los movimientos
cristianos crear el clima, el ambiente donde puedan surgir estas
vocaciones, que alimenten la fe del pueblo cristiano, pero que susciten nuevos
cristianos y nuevas comunidades en el mundo.