-Textos:
-Sab 1, 3-15; 2-23-24
-Sal 29, 2. 4-6. 11-13b
-2 Co 8, 7.9. 13-15
-Mc 5, 21-43
“Dios no
hizo la muerte, ni se complace destruyendo a los vivos… Dios creó al hombre
incorruptible”.
Queridas hermanas
benedictinas y queridos hermanos todos:
Dios es un
Dios de vivos y Dios es el creador de la vida, de toda la vida. Dios nos ha
hecho a su imagen y semejanza, y nos ha creado para la inmortalidad. Jesús se
manifiesta hoy en el evangelio dando vida y salud, a una mujer con una
enfermedad incurable y a una niña ya
muerta.
Y nosotros
llegamos a la eucaristía bombardeados por las noticias de los periódicos que
hablan de la eutanasia como proyecto a discutir por los políticos como derecho
a quitarnos la vida o a que otros, criaturas humanas como nosotros, nos la
puedan quitar.
Es un
proyecto que solo se puede concebir en un contexto donde Dios no existe o no
cuenta para nada. ¡A dónde está llegando esta sociedad!!!
Nosotros
creemos en Dios, y creemos en Jesucristo, que ha dado la vida por amor a los
hombres, y ha vencido a la muerte, ha
resucitado, y nos ofrece la posibilidad de participar de esa vida eterna
que vence a la muerte.
Dios ni
crea la muerte, ni se “goza” con la muerte. Dios crea la vida, está por la
vida. Él mismo es la vida. Una vida que no se cierra en los límites terrenos
sino que se abre a la vida eterna. Pasamos por la muerte natural, pero es un
paso. Somos seres para la eternidad. Y en el proyecto de Dios está hacernos a
cada uno partícipes de su vida divina, de su felicidad infinita.
Esta es
nuestra fe, la fe que da sentido a nuestra vida, y puede dar sentido a la vida
de todo ser humano.
Esta es la
fe que nos permite enmarcar el dolor y la muerte natural en una esperanza de vida inmortal y feliz con
Dios.
En el
evangelio vemos a Jesús curando y dando vida. Nosotros eso es lo que tenemos
que ser en medio de esta sociedad desnortada: Acompañar, curar a los enfermos,
luchar por la vida. Como lo hacen, gracias a Dios, tantos creyentes y no
creyentes, que cumplen las palabras de Jesús: “Estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel
y vinisteis a verme”.
Hermanas y
hermanos: Jesús hoy pide en el evangelio que tengamos fe,
para que él haga el milagro. En medio de
una sociedad que está siendo invadida por una cultura de la muerte, Jesús nos
pide una fe firme y militante a favor de la cultura de la vida.
“Dios no
hizo la muerte, ni se complace destruyendo a los vivos… Dios creó al hombre
incorruptible”.
Gritemos al
mundo esta gran noticia.