-Textos:
-Hch 4, 33; 5,12. 27-33; 12,2
-Sal 66, 2-3. 5. 7-8
-2 Co 4, 7-15
-Mt 20, 20-28
“El Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan,
sino para servir y dar la vida”
Queridas
hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:
Dos temas
distintos quiero comentar en esta homilía:
Hoy celebramos
la fiesta solemne del apóstol Santiago; mañana, fiesta de san Joaquín y santa
Ana, celebraremos la primera “Jornada mundial de los abuelos y personas mayores”.
Santiago,
patrón de España: Una antigua tradición nos dice que, los apóstoles, después de
escuchar a Jesús en su ascensión a los cielos aquellas palabras: “Id al mundo
entero”, partieron a anunciar a Cristo Resucitado por todas partes.
En este envío
Santiago llega hasta los confines del mundo conocido, es decir hasta el
“Finisterrae” de nuestra España romana.
La predicación
de Santiago fue el germen de la fe en Jesucristo en nuestra tierra. Una fe cimentada
en la tradición apostólica, y que se ha transmitido de generación en generación
hasta nuestros días.
Es una fiesta
que nos invita, en primer lugar, a dar gracias a Dios por el don de la fe que
hemos recibido; nos invita también a ser evangelizadores valientes en este mundo
difícil y paganizado, dando testimonios de hacer la voluntad de Dios por encima
de todo; porque hay que “obedecer a Dios
antes que a los hombres”, que hemos escuchado en la primera lectura.
Y, ahora, permitidme
hablar de la “Jornada mundial de los
abuelos y personas mayores”: La ha promovido nuestro papa Francisco,
dándole un carácter mundial, para toda la Iglesia.
La fecha nos es
exactamente el día 25, sino mañana, día 26, fiesta de san Joaquín y santa Ana,
padres, según la tradición, de la Virgen María, y abuelos de Jesucristo. Por
esta razón el papa ha escogido esta fiesta de los abuelos de Jesús, para
celebrar esta Jornada.
El papa
Francisco quiere concienciar a los cristianos de todo el
mundo, a que seamos como ángeles enviados de Dios para decir a los ancianos y
ancianas, a todos los mayores, que no están solos, que su vida cuenta en esta
sociedad, que su fragilidad o su debilidad es digna de ser respetada, amada,
bendecida por Dios, y fuente de santidad. Y decirles que la Iglesia cuenta con los
mayores de edad en la tarea de extender por todo el mundo el Reino de Dios.
En su mensaje dice el papa: “No hay edad a la
que puedas jubilarte de anunciar el evangelio” “Los mayores tenéis la vocación
de custodiar las raíces, anunciar el Evangelio y cuidar a los pequeños. ¡No lo
olvidéis!”
Queridos
hermanos y hermanas: En medio de una cultura, que dicen del descarte, en un
mundo utilitarista, en el que aquel que no rinde y solo da gastos y quehacer,
no cuenta”, el lema elegido para la jornada es la frase de Jesús: “Estoy
contigo todos los días”. Es decir: Acogida, cercanía, contar con las personas
mayores, valorarlas como necesarias en esta sociedad. Así estamos con ellas
todos los días.
Que Santiago,
san Joaquín y santa Ana, nos concedan la gracia, y nos impulsen a todos a
Implantar la cultura del amor, el respeto y la ternura, en donde los mayores
seamos considerados como necesarios y portadores de una misión en este mundo de
hoy.