domingo, 10 de abril de 2022

DOMINGO DE RAMOS (C)

-Textos:

            -Is 50, 4-7

            -Sal 21, 8-9.17-18ª. 19-20. 23-24

            -Fil 2, 6-11

            -Lc 22, 14-23,56

Ahora, hermanas y hermanos, todos, la Iglesia nos invita a escuchar la Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas. San Lucas es el evangelista de la compasión y de la misericordia de Dios en Jesucristo. Esta impronta de amor y de misericordia Lucas la remarca también cuando relata la pasión y muerte de nuestro Señor. En el momento crítico en que lo están apresando en el Huerto de los Olivos, Jesús tiene serenidad y presencia de ánimo para restablecer a un criado la oreja que un discípulo precipitado había herido. Y ¿Qué matices de amor, misericordia y perdón tuvieron que reflejar los ojos de Jesús cuando miraban a Pedro, que acababa de renegar  de él por tres veces? Aquella mirada provocó en Pedro lágrimas y arrepentimiento. Por las calles de Jerusalén, la cruz que hiere sus espaldas no aplasta su corazón, y habla compasivo a las mujeres que le lloran: “No lloréis por mí, llorar por vosotras y por vuestros hijos”.  En trance de muerte, todavía le quedan palabras para amar y consolar  al buen ladrón: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”. Y cuando no lo queda apenas un aliento de vida, le quedan entrañas de misericordia: “Perdónales porque no saben lo que hacen”.

Escuchemos  atentos, con el corazón abierto y con fe, este relato de Lucas sobre la pasión del Señor. Dejemos que nos toque el corazón, que nos impacte y nos conmueva. Y saquemos consecuencias, recordemos aquellas palabras también del evangelio de Luca: “Sed misericordiosos como Dios es misericordioso”.