-Textos:
-Ge
18, 20-32
-Sal 137, 1b-3. 6-8
-Col 2, 12-14
-Lc 11, 1-13
“Pedid y se os dará, buscad y hallaréis,
llamad y se os abrirá”.
Queridas
hermanas benedictinas y queridos hermanos todos:
Sin duda, os
habrá llamado la atención ese diálogo de Abrahán con Dios. Abrahán que insiste
e insiste en pedir, y Dios, que va cediendo, va cediendo, hasta dar a Abrahán lo
que pide. Dicen que en Oriente es normal y casi obligatorio regatear el precio
de un producto en el mercado.
Esta mañana
Jesucristo en el evangelio condesciende con nosotros y nos da una espléndida
catequesis sobre la oración de petición.
Primero nos
enseña el padrenuestro, la oración que recoge y expresa la esencia de todo lo
que Jesús quiere enseñarnos sobre Dios y sobre el Reino de Dios y sobre lo que
es esencial en esta vida para cumplir la voluntad de Dios, y alcanzar la
salvación eterna.
Pero en la
segunda parte de su catequesis, Jesús pone un acento especial en la oración de
petición. En un modo de hablar y de enseñar muy oriental también, nos dice: “Os digo a vosotros: pedid y se os dará,
buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá”. Jesús es insistente, pero no se
cansa y sigue insistiendo: “Porque todo
el que pide recibe, y el que busca
halla, y al que llama se le abre”. En el fondo Jesús nos está diciendo que
pidamos con fe y confianza, pero sobre todo, que en nuestras peticiones a Dios
seamos constantes y perseverantes.
Charles de Foucauld,
un santo que pronto, según dicen, va a
ser canonizado dice: “Podemos todo por la oración. Si no recibimos nada es porque o nos falta fe o no hemos orado
bastante, o porque no sería conveniente para nosotros, o porque Dios nos quiere
dar algo mejor que lo que pedimos…. Pero pidamos con fe, con insistencia, con
constancia, con amor, con buena voluntad…, y estemos seguros que si pedimos
así, seremos escuchados, recibiendo la gracia solicitada o una mejor”.
Y
ahora unas breves palabras sobre la “Jornada de los abuelos y de las
personas mayores. Es ya el segundo año que el papa lanza esta campaña a toda la
Iglesia. Sabéis que el próximo marte, día 26, es la fiesta de san Joaquín y
santa Ana. Por eso el papa pone esta Jornada por estas fechas.
El papa lanza su mensaje con este lema: «En la vejez seguirán dando frutos» (Sal 92, v. 15) Este mensaje
es una buena noticia, un verdadero “evangelio”, que podemos anunciar al mundo.
Esto va a contracorriente respecto a lo que el mundo piensa de esta edad de la
vida; y también con respecto a la actitud resignada de algunos de nosotros,
ancianos, que siguen adelante con poca esperanza y sin aguardar ya nada del
futuro. Pero, en realidad, una larga vida —así enseña la Escritura— es una
bendición. Los ancianos son signos
vivientes de la bondad de Dios que concede vida en abundancia. ¡Bendita la casa
que cuida a un anciano! ¡Bendita la familia que honra a sus abuelos!