-textos:
-Ex 17-37
-Sal 94. 12. 67. 89
-Ro 5, 1-2. 5-8
-Jn 4, 5-42
-“Dame de beber”
Queridas
hermanas y queridos hermanos todos:
Vamos a
escuchar un evangelio bello, sugerente y altamente pedagógico. Un evangelio “a
corazón abierto”. Somos testigos de un diálogo en el que tanto Jesús como la
Samaritana, con mucho cuidado para no herir, pero con la voluntad de hablar
sinceramente, decir con sinceridad hechos de vida muy íntimos y reveladores
van sacando a flote lo que cada uno es y
siente, dejando a la intemperie verdades muy importantes tanto sobre la
samaritana como sobre el mismo Jesús.
Es un diálogo
largo que plantea temas diversos, pero
todos ellos muy profundos: La sed de agua y la sed de felicidad; la
fidelidad y la infidelidad en el matrimonio, la verdad y la hipocresía de la
religión que practicamos, la sinceridad y el valor para anunciar el evangelio a
gente que piensa como yo, o a personas ajenas a mi fe.
Son varios
temas, todos fundamentales, podemos meditar uno u otro; pero lo importante es
que nos fijemos en alguno y que no los pasemos
de largo. Porque debemos advertir que si
Jesús dialoga así es porque quiere remover
la vida que llevamos, sí, quiere, sobre todo, hablarnos al corazón. Por
eso, no tengamos miedo, más bien al contrario, Jesús quiere entrar en nuestro
corazón y transformarlo por dentro.
Quizás nos ayuda un poco poner la atención en alguna frase y pararnos a pensarla: “Tengo sed” me dice hoy Jesús. –“Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice dame de beber, le pediría tú, y él te daría agua viva”. “El que beba de esta agua volverá a tener sed…. Quien beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed”. “Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿Será el Mesías? “Yo tengo un alimento que vosotros no conocéis”. “Ya no creemos por lo que tú dices….Sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo”