Nombre y datos de su historia
Comenzaremos este repaso histórico-artístico con la descripción, traducción e interpretación del nombre de ALZUZA- ALTZUTZA. ALTZU: Rebaño o vena horizontal de mineral. TZA, sufijo utilizado en apellidos y en designación de lugares que se traduce como“abundante”. Por lo tanto, dado las características del lugar que nos ocupa, me inclino por la traducción de: Lugar con abundancia de rebaños o de ganado.El escudo del Concejo es el que les presento, y no tiene lugar a interpretaciones, en el libro del Armuario de Navarra, recopilado por Juan José Martinena, no figura referencia alguna.
En su historia existen algunas referencias, pocas pero que no da al caso explanarse más. En 1105 se cita por la donación de una viña a la catedral de Pamplona. En 1268 se cita que por los pagos del rediezmo, era el núcleo más poblado, que incluso doblaba a Egüés. Era un lugar de señorío nobiliario. En 1134-1135 su iglesia de San Esteban fue adscrita al Hospital de Roncesvalles.
Esta iglesia fue construida aproximadamente en los años indicados de 1134-1135, años del nombramiento de García el Restaurador, bisnieto por línea bastarda de García el de Nájera, y nieto del Cid Campeador. Sucesor de Alfonso el Batallador, muerto sin descendencia y con el testamento absurdo de dejar los reinos de Aragón y Pamplona a las tres Ordenes Militares. No fue reconocido el derecho de García el Restaurador por los reyes de Castilla y Aragón, e influyeron en Roma para que no lo reconociera la Iglesia. Fue una época de gran actividad de construcciones religiosas: La ampliación de la Catedral de Pamplona, la del Santuario de Aralar, Santa María de Zamarce, etc.
Iglesia de San Esteban
Quedan algunos restos de su antigua fábrica románica, como la ventana en el muro sur, abocinada, tanto al interior como al exterior y la puerta de acceso a la torre.
El origen de esta iglesia es medieval, fase a la que pertenecen los muros perimetrales, la puerta y la torre. Posteriormente, en la época barroca se modificó, sobre todo las cubiertas. De esto quedan los tres arcos fajones y sus ménsulas de soporte en los muros.
Su planta es dos cuadrados en la nave principal, sin contar la capilla lateral. La sacristía es a su vez otro cuadrado casi perfecto. Su simbología numérica estaría relacionada con lo HUMANO, que es dual, es decir dos en todo su ser.
Sus medidas: El doble de larga que de ancha. Dividida en dos cuadrados. De hay viene su condición de dual, de base el número DOS.
Los cuadrados, o rectángulos, CUATRO, dos en la nave, más la sacristía y la capilla lateral. El cuatro simbología de la naturaleza, lo material: Cuatro elementos, agua, tierra, fuego y aire. Cuatro puntos cardinales, etc.
Asimismo tiene varias connotaciones con el número áureo: Como uno es a 1,618. Relación de la proporción perfecta desde la antigua Grecia, Fidias, el Partenón, etc. Señalo en el plano varias situaciones de esta proporción en el plano de la planta, lo que indica que el maestro de obras primero, y el de la ampliación posterior estaban en el conocimiento de estas proporciones para dar belleza al conjunto. El conocimiento en la utilización de la perfecta proporción era un saber que se pasaba de maestro cantero a su discípulo y seguidor.
Su historia y arquitectura
Esta iglesia, en su primera construcción, está datado como de la primera mitad del siglo XII. De esa primera construcción queda parte de los muros perimetrales.
Con posterioridad, ya en estilo tardorrámico, en pleno siglo XIII, se construye la torre y la puerta de entrada. Es abocinada con tres arquivoltas de sección rectangular y arco de medio punto. Pies derechos y con imposta lisa, sin ninguna decoración.
La torre a los pies de la nave, prismática, según la forma tradicional medieval, con un cuerpo para las campanas.
Delante se habilitó un espacio a modo de lonja, con una portada de medio punto y dovelas de gran tamaño, según la tipología propia del siglo XVI.
En la capilla lateral existe una pila bautismal, con base cuadrangular y dos arcos en cada lado, haciendo OCHO arquitos, y dentro de la base un fuste cilíndrico liso. La pila semiesférica con estrías y gallones.
Los retablos
Crucifijo.- En el muro del lado de evangelio, debajo del coro, un crucifijo de la primera mitad del siglo XVII.Capilla lateral.- Contiene un retablo barroco, de la primera mitad del siglo XVIII, dedicado a San Francisco Javier. En el ático un relieve de santa Lucía.
La talla del santo es barroca del siglo XVII, anterior al retablo, y conserva la policromía original. Es una de las efigies de San Francisco Javier más antiguas. Tenía la pintura original, pero da la impresión que recientemente se ha retocado, con mejor intención que acierto.
Retablo mayor.- Se apoya en la cabecera de la iglesia. Barroco de comienzos del siglo XVIII., en su color de madera por no haber sido policromado. De la misma época son las esculturas de San Pedro, San Esteban, Santa Bárbara y el Crucificado. Las esculturas de San Pedro y Santa Bárbara han desaparecido, posiblemente el año 1972, junto con la Virgen de los Remedios. La de San Esteban muy interesante con su dalmática roja, como Diácono.
Virgen de los Remedios.- Talla del siglo XIII, sedente con el Niño, muy restaurada, con la clásica rigidez románica. Desaparecida el año 1972.
La que ahora tenemos en la iglesia es una reproducción costeada por los vecinos de entonces de Alzuza, hacia el año 1988, que además en forma de trabajo en auzolán, realizaron un gran trabajo de limpieza y adecentamiento de la iglesia.
Los sagrarios
Sagrario romanista.- Lamento no tener una imagen más adecuada, pero es lo único que he podido obtener, de un libro con el I Congreso de Historia General de Navarra, en un artículo sobre este sagrario de África Bermejo.De traza romanista de finales del siglo XVI, por el escultor Miguel de Aldaz, vecino de Villava, siguiendo las normas del Concilio de Trento. El contrato de fabricación se firmó el 24 de octubre de 1593, ante escribano y testigos de Alzuza. Prismático, con columnas acanalas, con la base decorada. Las figuras de San Pedro, San Pablo, y en la puerta Cristo Resucitado, apoyado en una cruz, debajo del Resucitado una representación de los soldados dormidos. Siguiendo las indicaciones de Trento que había prohibido los grutescos y las figuras mitológicas, sustituyéndolas por ornamentación en vegetales, ángeles y figuras de santos. Para las puertas Cristo Resucitado y triunfante o bien la representación de la leyenda del pelícano que alimenta a sus crías con su propia sangre.
La parte inferior desapareció, y solamente queda la parte del expositor que se utiliza además como soporte de la imagen de la Virgen de los Remedios. (Más información en el anexo adjunto del estudio de África Bermejo).
Sagrario de piedra.- Junto al retablo mayor se conserva un sagrario de piedra, empotrado en la pared. Es del siglo XVI, también siguiendo las normas de Trento y adornado por motivos eucarísticos, el pelícano y la vides en la parte inferior del sagrario.
El sagrario se cierra por medio de una reja original del mismo siglo, decorada con rosetas en las cabezas de los clavos.
El hogar del misionero
Fue creado en el edificio de la casa parroquial o vivienda del párroco, del S. XVIII, por el padre salesiano José Luis Carreño Etxeandía, hermano de Iciar Carreño, esposa de Jorge de Oteiza. Nacido el 23 de octubre de 1905 y falleció el29 de mayo de 1986.
Fue un sacerdote con una gran dedicación toda su vida a las misiones. Pionero en la India. Después en Argentina y en Filipinas. Fundó varios colegios, fue un matemático destacado, además poeta, músico y escritor.
Su faceta más ampliamente conocida es su defensa contra todo criterio contrario a favor de la autenticidad de la Sábana Santa de Turín. En la defensa de sus tesis aporta una serie de datos verdaderamente abrumadores sobre las que se basa su criterio, muy en contradicción de los análisis que se hizo con el carbono14.
Imágenes del negativo de la Sábana y del positivado correspondiente
El hogar que quería ser de acogida de los misioneros vueltos a España, no tuvo resultado. Desde ya hace tiempo los Salesianos utilizan los espacios de este Hogar del Misionero como lugar de encuentro, de convivencia, de estudios, etc. Esto tanto para grupos numerosos de cualquier edad, como para pequeños grupos o seminarios especiales de jóvenes o de grupos de catequesis o vivencia de trabajos de tipo religioso.
Monasterio Santa María Magdalena
Esta Comunidad Benedictina tiene más de 1000 años de convivencia comunitaria ininterrumpida.Primeramente en Leyre en un Monasterio al lado de los bendictinos masculinos. No fue un monasterio dúplice, sino que fueron dos monasterios separados.
En el siglo XV, debido a las diferencias entre el Obispo de Pamplona y los abades de Leyre por los derechos en atenciones a las monjas. Pasaron al término de Lisabe en Lumbier, al lado del río Salazar, bajo la roca de la montaña.
Como consecuencia de su falta de sol y humedad ambiental, en el siglo XVI se pasaron al casco urbano de Lumbier, a una manzana de casas donadas por un vecino del mismo.
Mientras se adecuaban las casas y se construía la iglesia, pasaron uno años en el monasterio benedictino de Jaca (Huesca).
La comunidad benedictina de Jaca se había trasladado unos siglos de Santa Cruz de la Serós (Huesca).
Esta comunidad tenía su origen en el siglo XI, procedente del monasterio de San Juan de la Peña (Huesca).
En Santa Cruz de la Serós se encuentra la pequeña iglesia de finales del siglo X, denominada de San Caprasio. Posiblemente la comunidad benedictina de Santa Cruz de la Serós utilizaría esta iglesia mientras se construía su monasterio.
La personalidad más importante, históricamente, fue Doña Sancha, hermana de Sancho Ramírez de Aragón y tía de Pedro I de Aragón. Se ocupó de la instrucción de su sobrino a través de los monjes de San Pedro de Sirena, en el Pirineo Oscense. Disputó a su hermano el obispado de Jaca, y consiguió ser nombrada Obispo de Jaca. La única mujer que ha sido Obispo. Su sobrino costeó la ejecución del magnífico sarcófago, actualmente en la iglesia del monasterio de Jaca.
Pasando hacia 1593 a ocupar las casas donadas y arregladas. Con la Desamortización de Mendizábal, pasaron un pequeño período de tiempo, de 1837 a 1840 en un palacio de la familia Antillón. Y desde 1840 hasta la construcción del nuevo Monasterio en Alzuza, el año 1991, siguieron en su monasterio dentro de casco urbano de Lumbier.
ALTAR MAYOR.- Colocado en el presbiterio. Es un monumental retablo barroco, dedicado a Santa María Magdalena, su autor fue el maestro de Zaragoza Miguel Puyal, que lo contrató el año 1743. La escultura de bulto son imágenes contemporáneas del retablo y representan a San Juan Bautista, San Plácido, la Magdalena, San Mauro, Santa Escolástica,
y en el ático San Benito, entre ángeles que llevan la mitra, el báculo y un cuervo, propio de la iconografía de San Benito.
En la construcción del retablo se aprovechan y colocan relieves de un retablo anterior, del año 1632, talladas por Juan de Berroeta: La Visitación, la Anunciación. El dorado del retablo lo realizó el maestro Francisco Ariño.
SAGRARIO.- También está un sagrario renacentista del siglo XVI, de una belleza más que considerable. La puerta con Cristo Triunfante resucitado, de acuerdo con las normas de Trento. A los lados dos apóstoles. Todas las figuras realizadas con los parámetros del Romanismo, con gran expresividad, ampulosidad en las vestimentas y gesto forzado al estilo Manierista. No tiene grutescos ni figuraciones mitológicas, en la base unos vegetales, columnas acanaladas, capiteles de orden corintio, y en el remate unos frisos lisos con cierre esquinero cuadrado.
Altar de la Inmaculada.- Colocado en la parte posterior de la iglesia, en las puertas de entrada al templo. El retablo fue realizado el año1682 por el arquitecto Juan Barón.
Este retablo contiene un cuadro de la Inmaculada, pintado por Diego González de la Vega, discípulo de Francisco Rizzi y de Carreño. Esta Inmaculada se puede definir como más próxima al estilo de Carreño, y concretamente a su obra de la catedral vieja de Vitoria. Se presenta a la Virgen sobre el globo terráqueo, envuelta en movidos mantos y su barroquismo se complementa con la abundancia de angelitos portadores de los símbolos de las Letanías, sus posiciones sorprendentes y sus escorzos dan a la composición el atractivo tan propio a las representaciones de la Inmaculada.
Con motivo de la estancia en la Casa Antillón, recibieron la donación del cuadro de la Inmaculada, de Juan Antonio Frías Escalante. Este cuadro sin duda fue adquirido y llevado al palacio de Antillón por el creador del Señorío de Antillón, el canónigo de la catedral de Calahorra, D. Juan Miguel Mortela.
Una de las obras de mayor interés artístico del monasterio es un cuadro de la Inmaculada, pintado en 1666 por Juan Antonio Frías Escalante (Córdoba 1630-Madrid 1670). Este cuadro se sabe que a mediados del XVIII pertenecía al canónigo navarro, arcediano en la catedral de Calahorra, D. Juan Miguel Mortela. Este canónigo, entre otras muchas obras construyó y donó a sus parientes Sres. de Antillón un palacio en Lumbier.
Fue en este palacio donde pasaron las benedictinas los años 1837 a 1840, con motivo de la Desamortización de Mendizábal. Al volver al monasterio las monjas reciben de las hijas de Benito Antillón, como donación el cuadro de Escalante.
Este cuadro tiene en Escalante un antecedente con el mismo tema, fechado en 1663 y que actualmente se encuentra en el museo de Bellas Artes de Budapest. Los dos contienen los mismos elementos en su composición: La Virgen Inmaculada, el Padre Eterno, unos querubines que sostienen y muestran un gran espejo. El que poseen en el Monasterio de Santa María Magdalena, además tiene una disposición que lo hace verdaderamente bello y significativo.
La composición del cuadro se puede partir por medio de una línea que partiendo del Padre, pasa por el rostro de la Virgen y llega hasta el gran espejo, desde este espejo saldría otra línea siguiendo la disposición de los querubines hasta el ángulo inferior derecho. De esta manera se forma un triángulo, con vértice en el espejo y abierto hacia la derecha del cuadro. Inscrito dentro de este triángulo Escalante utiliza unos tonos oro claro formando un círculo de luz y ocupando este tondo luminoso se enmarca la figura de la Inmaculada. El círculo y la luz, nos hace referencia a lo celestial y eterno como sería la ubicación de la Virgen en el Cielo.
Cuadro de San Benito.- Junto con el retablo de la Inmaculada en 1682 Juan Barón realizó otro, en que se instalaron dos cuadro de José Jiménez Donoso en 1687. Uno de los cuadros representa la imposición de la casulla a San Ildefonso y el otro a San Benito. El retablo ha sido desmontado, y el cuadro de San Benito está colocado en el claustro del actual monasterio de Alzuza. El lienzo representa a San Benito en éxtasis, contemplando a la Santísima Trinidad, con los brazos abiertos, mirando hacia lo alto. El rostro nos habla de las penalidades que sufría el santo. En el margen inferior izquierdo, varios querubines sostienen sus símbolos: La mitra, la Regla, el cuervo con una fruta en el pico, y el báculo que forma una diagonal a media altura enmarcando la composición del cuadro.
En la esquina superior izquierda, un círculo que rodea a la Trinidad en un cielo más luminoso que el resto de cuadro, nos indica la dirección del éxtasis del santo, hacia el cielo y hacia Dios. Una línea horizontal a la altura de la mano, en la mitad aproximada del cuadro, divide un dos mitades, la de abajo lo material, con sus símbolos terrenales, y en el superior, el éxtasis de San Benito en su rostro que se dirige directamente a la Trinidad en ángulo superior izquierdo.
Oteiza y su museo
Solamente señalar, ya que después tendremos una más cumplida disertación sobre Jorge de Oteiza y su Museo, que nos proporcionará Dª Arancha Amézqueta.
Indicar que la colaboración entre el arquitecto Francisco Javier Saenz de Oiza, nacido el año 1918 y fallecido en el 2000, y Oteiza no está solamente relacionada con su Museo en Alzuza, sino que viene de años atrás en la Basílica de Aránzazu en Guipúzcoa desde el año 1949. Allí también, en Oñate, conoció a la que sería su esposa María Felisa Guerra, madre de sus siete hijos, cuatro de ellos arquitectos.
Obra interesante en el casco antiguo de Alzuza es esa fuente que diseñó y mandó construir Jorge de Oteiza.
Hoy en Alzuza podemos certificar que si el Museo tiene valor por el contenido de la obra de Jorge de Oteiza, también lo tiene por el continente, el edificio diseñado y realizado por Saenz de Oiza.
El edificio del Museo es del año 2003, por tanto obra póstuma de Saenz de Oiza, fallecido el año 2000. La obra la dirigió -según los planos dejados por Sáenz de Olza- por uno de sus hijos arquitecto.