Salmo 121 (120)

El Señor te guarda.
Salmo de confianza.
El segundo de los salmos de subida.


Tema


Los peregrinos israelitas que caminan hacia Jerusalén proclaman y renuevan su confianza en Dios. Y desean compartir su plena confianza interior con los demás.
1-2: El salmista después de preguntarse a sí mismo (1), se da la respuesta (2): el auxilio me viene del Señor. En los versículos siguientes les habla a sus compañeros de peregrinación para que se avive también en ellos la confianza que él tiene.
3-4: Dios, además de ser el auxilio de todo el pueblo de Israel, lo es también de cada israelita.
5-6: Dios se cuida de los peregrinos en todo momento.
7-8: La protección de Dios abarca a todas las actuaciones del hombre.

Salmo


1 Levanto mis ojos a los montes:
   ¿de dónde me vendrá el auxilio?

2 El auxilio me viene del Señor,
   que hizo el cielo y la tierra.

3 No permitirá que resbale tu pie
   tu guardián no duerme;

4 no duerme ni reposa
   el guardián de Israel.

5 El señor te guarda a su sombra,
   está a tu derecha;

6 de día el sol no te hará daño,
   ni la luna de noche.

7 El Señor te guarda de todo mal,
   él guarda tu alma;

8 el Señor guarda tus entradas y salidas,
   ahora y por siempre.

Palabras clave


-Cuidado de Dios: Tu guardián no duerme (3), el guardián de Israel (4), el Señor te guarda a su sombra (5), el Señor te guarda de todo mal (7), el guarda tu alma (7), el guarda tus entradas y salidas (8).

La luz del Nuevo Testamento


“¡Cuando se acerca la hora, o cuando ya ha llegado, de que os disperséis cada uno por su lado dejándome solo! Aunque yo no estoy solo, está conmigo el Padre” (Jn 16, 32).
“Pediré al Padre que os dé otro abogado que esté siempre con vosotros: el Espíritu de la verdad” (Jn 14, 16-17).
“No pasarán más hambre ni más sed, ni el sol ni el bochorno pesarán sobre ellos” (Ap 7, 16).


Oración


Señor Jesús,
en tu amor infinito
has enviado al Espíritu Santo
a tu Iglesia.
Cuida también hoy a tu Iglesia
en esta andadura terrena,
que ponga sus ojos
en el monte santo,
en la Jerusalén celestial