¿Hasta cuándo, Señor,
seguirás olvidándome?
Salmo de súplica. Individual.
En la desgracia, pero confiado.
Tema
De la oscuridad a la luz. Uno que se encuentra en la aflicción desde hace mucho tiempo, manifiesta a Dios su oscuridad: Parece que Dios lo tiene olvidado. Pero, a semejanza de Abrahán, quien pone su confianza en Dios, encuentra la luz y el gozo de la salvación. El amor de Dios lleva consigo la victoria, aunque se retrase.
2-3: Uno que se encuentra en la aflicción invoca a Dios. Con viveza presenta a Dios su angustia interior: Cuatro veces “hasta cuándo”. Es una prueba muy grande el estar lejos de Dios.
4-5: Con confianza pide ayuda a Dios.
6: Porque Dios le escuchará confía y da gracias.
Salmo
2 ¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome?
¿Hasta cuándo me esconderás tu rostro?
3 ¿Hasta cuando he de estar preocupado,
con el corazón apenado todo el día?
¿Hasta cuándo va a triunfar mi enemigo?
4 Atiende y respóndeme, Señor Dios mío,
da luz a mis ojos,
para que no me duerma en la muerte;
5 para que no diga mi enemigo: “Le he podido”,
ni se alegre mi adversario de mi fracaso.
6 Porque yo confío en tu misericordia:
alegra mi corazón con tu auxilio,
y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.
Palabras clave
- Aflicción: Hasta cuándo (2.3), seguirás olvidándome (2), me esconderás tu rostro (2), estar preocupado (3), con el corazón apenado todo el día (3) triunfar mi enemigo (3).
- Oración: Atiende (4), respóndeme (4), da luz a mis ojos 4), no se alegre mi adversario (5).
- Confianza: Confío (6), alegra mi corazón (6), cantaré (6).
La luz del Nuevo Testamento
“Era ya eso de mediodía, cuando se oscureció el sol y toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. La cortina del santuario se rasgó por medio. Jesús gritó muy fuerte: Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23, 44-46).
“Que el Dios de la esperanza colme vuestra fe de alegría” (Rom 15, 13).
“Despierta, tú que duermes, levántate de la muerte y te iluminará Cristo” (Ef 5, 14).
Oración
Señor Dios,
tengo plena confianza en tu misericordia.
Mira nuestra aflicción,
y por la resurrección de tu Hijo ilumínanos,
para que nuestros corazones
se alegren en tu salvación.