Salmo 135 (134)

Yo sé que el Señor es grande.
Salmo de alabanza.


Tema


El tema de este salmo es la manifestación que hace el Señor de su grandeza a través de sus obras admirables. Refleja ambiente litúrgico. Contiene muchos fragmentos tomados de otros salmos. En este salmo encontramos las principales manifestaciones de fe transformadas en himno. (Dt 6,20-25; 26,5-11; Gn 1,2-31). Tiene algo que decir contra los dioses falsos.
  1-4: Invita a los sacerdotes del templo a alabar al Señor.
  5-18: Aclama las obras admirables de Dios.
  5-7: Dios creador de la naturaleza.
  8-9: Las maravillas que Dios realizó en Egipto a favor de su pueblo.
10-12: Cuando entregó a Israel el territorio de Canaán.
13-14: Dios cuidará siempre a su pueblo.
15-18: Los dioses falsos no son nada.
19-20: Nuevamente, invitación a alabar a Dios. Esta vez llama a todo el pueblo.
21: Final: Resumen del salmo.

Salmo


  1 ¡Aleluya!
     Alabad el nombre del Señor,
     alabadlo, siervos del Señor,

  2 que estáis en la casa del Señor,
     en los atrios de la casa de nuestro Dios.

  3 Alabad al Señor, porque es bueno;
     tañed para su nombre, que es amable.

  4 Porque él se escogió a Jacob,
     a Israel en posesión suya.

  5 Yo sé que el Señor es grande,
     nuestro dueño más que todos los dioses.

  6 El Señor todo lo que quiere lo hace:
     en el cielo y en la tierra,
     en los mares y en los océanos.

  7 Hace subir las nubes desde el horizonte,
     con los relámpagos desata la lluvia,
     suelta a los vientos de sus silos.

  8 Él hirió a los primogénitos de Egipto,
     desde los hombres hasta los animales.

  9 Envió prodigios y signos,
     - en medio de ti, Egipto -
     contra el Faraón y sus ministros.

10 Hirió de muerte a pueblos numerosos,
     mató a reyes poderosos:

11 A Sijón, rey de los amorreos;
     a Hog, rey de Basán,
     y a todos los reyes de Canaán.

12 Y dio su tierra en heredad
     en heredad a Israel, su pueblo.

13 Señor, tu nombre es eterno;
     Señor, tu recuerdo de edad en edad.

14 Porque el Señor gobierna a su pueblo
     y se compadece de sus siervos.

15 Los ídolos de los gentiles son oro y plata,
     hechura de manos humanas:

16 tienen boca y no hablan,
     tienen ojos y no ven,

17 tienen orejas y no oyen,
     no hay aliento en sus bocas.

18 Sean lo mismo los que los hacen,
     cuantos confían en ellos.

19 Casa de Israel, bendice al Señor;
     casa de Aarón, bendice al Señor;

20 casa de Leví, bendice al Señor
     fieles del Señor, bendecid al Señor.

21 Bendito en Sión el Señor,
     que habita en Jerusalén.
     ¡Aleluya!


Palabras clave


- Alabanza: Aleluya (1.21), alabad (1.3), tañed (3), bendecir (19.20.21).
- Las obras de Dios: Escogió a Jacob (4), hace todo lo que quiere (6), hace subir las nubes (7), desata la lluvia (7), suelta los vientos (7), hirió a los primogénitos de Egipto (8), envió prodigios y signos (9), dio su tierra en heredad (12), gobierna a su pueblo (14), se compadece de sus siervos (14).
- Dioses falsos: Ídolos (15), oro y plata (15), hechura de manos humanas (15), no hablan (16), no ven (16), no oyen (17), no hay aliento en sus bocas (17).
- Naturaleza: Cielo y tierra (6), los océanos (6), nubes (7), relámpagos (7), lluvia (7), viento (7).


La luz del Nuevo Testamento


“Este es imagen de Dios invisible, nacido antes de toda criatura, pues por su medio se creó el universo celeste y terrestre, lo visible y lo invisible” (Col 1,15-16).
“Dando gracias con alegría al Padre, que os ha hecho dignos de tener parte en la herencia de los consagrados, en la luz. Él nos sacó del dominio de las tinieblas para trasladarnos al Reino de su Hijo querido” (Col 1, 12-13).
“Vosotros sois linaje elegido…para publicar las proezas del que os llamó de las tinieblas a su maravillosa luz” (1 Pe 2, 9).
“¡La alabanza, la gloria, la sabiduría, las gracias, el honor, la potencia y la fuerza se deben a nuestro Dios por los siglos de los siglos! Amén” (Ap 7, 12).


Oración


Dios bondadoso, son grandes
las maravillas que has realizado a nuestro favor.
Por medio de Jesucristo nos elegiste como tu pueblo santo.
Concédenos fuerza y un corazón dilatado
para que te respondamos con alabanzas y agradecimiento,
y para que toda nuestra vida
aclamemos tus obras admirables.