Señor, yo amo
la belleza de tu casa.
Salmo de súplica. Individual.
De confianza.
Tema
Oración de un hombre intachable. En su conciencia no tiene remordimiento de pecado, sabe lo grande que es el amor de Dios. Así acude al Dios justo, a manifestarle su vida, le suplica que le libere de la muerte. Ama de verdad el templo. Vive tranquilo con la confianza puesta en Dios. Inicio de la vida eterna.
1-2: Invoca a Dios pidiéndole que le juzgue.
3-7: Confiesa su rectitud: Actúa con bondad, tanto en sus intenciones como en su vida y también en sus prácticas religiosas.
8-11: Le pide larga vida a Dios.
12: A modo de final: el intachable vive confortado en Dios y le da gracias.
Salmo
1 Hazme justicia, Señor, que camino en la inocencia:
confiando en el Señor no me he desviado.
2 Escrútame, Señor, ponme a prueba,
sondea mis entrañas y mi corazón.
3 Porque tengo ante los ojos tu bondad,
y camino en tu verdad.
4 No me siento con gente falsa,
no me junto con mentirosos;
5 detesto las bandas de malhechores,
no tomo asiento con los impíos.
6 Lavo en la inocencia mis manos,
y rodeo tu altar, Señor,
7 proclamando tus alabanzas
enumerando tus maravillas.
8 Señor, yo amo la belleza de tu casa,
el lugar donde reside tu gloria.
9 No arrebates mi alma con los pecadores,
ni mi vida con los sanguinarios,
10 que en su izquierda llevan infamias,
y su derecha está llena de sobornos.
11 Yo, en cambio, camino en la integridad;
sálvame, ten misericordia de mí.
12 Mi pie se mantiene en el camino llano;
en la asamblea bendeciré al Señor.
Palabras clave
- El buen camino: Confiando en el Señor (1), no me he desviado (1), no me siento con gente falsa (4), no me junto con mentirosos (4), mi pie se mantiene en el camino llano (12).
- Vida intachable: Tengo ante los ojos tu bondad (3), camino en tu verdad (3), proclamando tu alabanza (7), enumerando tus maravillas (7), camino con rectitud (11).
- El templo: Rodeo tu altar, (6), la belleza de tu casa (8), el lugar donde reside tu gloria (8), asamblea (12).
La luz del Nuevo Testamento
“Porque así tenía que ser nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado por encima de los cielos; él no necesita ofrecer sacrificios cada día…” ( Heb 7, 26-27).
“Nos eligió con Cristo antes de crear el mundo, para que estuviéramos consagrados y sin defecto a sus ojos por el amor “(Ef 1, 4).
“Aunque la conciencia no me remordiese, eso no significaría que estoy absuelto; quien me pide cuentas es el Señor” (1 Cor 4, 4).
Oración
Jesucristo, cordero sin mancha.
En el altar de la cruz
has limpiado el pecado del mundo.
Escruta con el fuego de tu Espíritu
nuestras entrañas y nuestro corazón
para que lleguemos a contemplar
la luz del rostro de tu Padre.