Si tú no me escuchas seré igual
que los que bajan a la fosa.
Salmo de súplica. Individual.
Con confianza y gratitud.
Tema
Un pobre que se encuentra en peligro de muerte, ora a Dios con humildad en el templo. Hoy podemos considerar este salmo como el grito de oración que Cristo dirigió a su Padre en la pasión.
1: Invocación a Dios.
2-3: Petición, exponiendo su angustiosa situación.
4-5: Pide el castigo para los enemigos, por su maldad.
6-7: Oración de acción de gracias, lleno de gozo.
8-9: Oración a favor del pueblo y del rey. Este fragmento parece un añadido al emplearse este salmo en la liturgia posteriormente. Dios tiene el mismo cuidado que con el necesitado, con su pueblo y el rey.
Salmo
1 A ti, Señor, te invoco,
Roca mía, no seas sordo a mi voz;
que si no me escuchas, seré igual
que los que bajan a la fosa.
2 Escucha mi voz suplicante
cuando te pido auxilio,
cuando alzo las manos
hacia tu santuario.
3 No me arrebates con los malvados
ni con los malhechores,
que hablan de paz con el prójimo,
pero llevan la maldad en el corazón.
4 Trátalos según sus acciones,
según su mala conducta;
págales las obras de sus manos,
y dales su merecido.
5 Porque ignoran las acciones de Dios
y las obras de sus manos,
que él los destruya sin remedio.
6 Bendito el Señor, que escuchó
mi voz suplicante;
7 el Señor es mi fuerza y mi escudo:
en él confía mi corazón;
me socorrió, y mi corazón se alegra
y le canta agradecido.
8 El Señor es fuerza para su pueblo,
apoyo y salvación para su ungido.
9 Salva a tu pueblo y bendice tu heredad,
sé su pastor y llévalos siempre.
Palabras clave
- Oración: A ti, Señor te invoco (1), no seas sordo a mi voz (1), escucha mi voz suplicante (2), cuando te pido auxilio (2), cuando alzo las manos hacia tu santuario (2), escuchó mi voz suplicante (6).
- Enemigos: Malvados (3), ni con los malhechores (3), llevan la maldad en el corazón (3), su mala conducta (4).
- Salvación: Roca mía (1), mi fuerza y mi escudo (7), me socorrió (7), mi corazón se alegra (7), es fuerza (8), apoyo y salvación (8), salva a tu pueblo (9), bendice tu heredad (9), sé su pastor (9).
La luz del Nuevo testamento
“Gracias, Padre, por haberme escuchado. Yo sé que siempre me escuchas; lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado” (Jn 11, 41-42).
“Señor, si quieres puedes limpiarme” (Lc 5, 12).
“Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre que posee la gloria, os dé un saber y una revelación interior…para que comprendáis su extraordinaria potencia a favor de los que creemos, conforme a la eficacia de su poderosa fuerza. Desplegó esa eficacia con el Mesías, resucitándolo y sentándolo a su derecha en el cielo” (Ef 1, 17-20).
Oración
Oh Dios, que eres nuestro escudo y salvación,
has acogido la oración suplicante de Cristo,
y lo has resucitado en la mañana de Pascua.
No seas sordo a nuestra oración
mira con bondad a tu Iglesia que vive afligida,
salva a tu pueblo,
y te alabaremos ahora y por todas las generaciones.