En ti está la fuente viva.
Ambiente de los libros sapienciales.
Asunto del bien y del mal.
Asunto del bien y del mal.
Tema
En este salmo aparece el contraste entre la iniquidad de los malvados y la bondad de Dios. Aunque la maldad del hombre tenga mucha fuerza, triunfa siempre la rectitud de Dios. La inclinación al mal es una tendencia del hombre, el querer vivir sin Dios, el acoger la sugestión del pecado. Para poder alejarse de ese camino, no hay nada mejor que tener ante los ojos el amor sin medida de Dios. Este salmo nos manifiesta lo cercano que está Dios de nosotros ¡a pesar de ser pecadores!
2-5: La conducta del hombre que vive sometido al pecado.
6-10: El amor sin medida de Dios.
11-13: Petición del justo: Que los proyectos de Dios triunfen. Así une el salmista las dos primeras secciones.
Salmo
2 El malvado escucha en su interior
un oráculo del pecado:
«No tengo miedo a Dios
ni en su presencia».
3 Porque se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
4 Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;´
5 acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.
6 Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
7 tu justicia, hasta las altas cordilleras,
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales,
8 ¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!
Los humanos se acogen a la sombra de tus alas,
9 se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias:
10 Porque en ti está la fuente viva
y tu luz nos hace ver la luz.
11 Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia, con los rectos de corazón;
12 que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.
13 Han fracasado los malhechores,
derribados, no se pueden levantar.
Palabras clave
- Pecado: Malvado (2.12), pecado (2), culpa (3), maldad (4.5), traición (4), crimen (5), soberbio (12), malhechor (13).
- Acción de Dios: Misericordia (6.8.11), fidelidad (6), justicia (7.11), sentencias (7), sabroso (9), delicias (9), fuente viva (10), luz (10).
La luz del Nuevo Testamento
“El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús, de pie como estaba, gritó: Quien tenga sed, que se acerque a mí; quien crea en mí, que beba” (Jn 7, 37).
“El que me sigue no andará en tinieblas, tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12).
“Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que tenga vida eterna y no perezca ninguno de los que creen en él” (Jn 3, 16).
“Antes, sí, erais tinieblas, pero ahora, como cristianos, sois luz. Portaos como gente hecha a la luz, donde florece toda bondad, honradez y sinceridad, examinando a ver lo que agrada al Señor. En vez de asociaros a las acciones improductivas de las tinieblas, denunciadlas” (Ef 5, 8-11).
“Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin. Al sediento, yo le daré a beber de balde de la fuente de agua viva. Quien salga vencedor heredará esto, porque yo seré su Dios y él será mi hijo” (Ap 21, 6-7).
Oración
Señor Dios,
has puesto a tu Hijo Jesucristo
como fuente viva para toda la humanidad.
Haz que en lugar de endurecer
nuestros corazones en el mal,
bebamos por medio de El
del torrente de tus delicias,
y nos saciemos de la ternura de tu casa.
Que en El contemplemos siempre tu luz
y alcancemos tu gracia.