¿Cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
el rostro de Dios?
Salmo de súplica. Individual.
De confianza.
De confianza.
Tema
Este y el salmo siguiente (43) van juntos. Ambos tienen el mismo tema: Un israelita que se encuentra en el extranjero, sueña con el templo de Jerusalén, con ardiente pasión por Dios. Por un lado, escucha la murmuración de los enemigos: “¿Dónde está tu Dios?” (4). Por otro lado, le brota la invocación esperanzada: “¿Por qué te acongojas alma mía?” (6). ¡Es la inquietud dolorosa de toda persona que busca a Dios.
42, 2-6: Tiene sed de Dios.
2-3: Quisiera ir al templo, para ver el rostro de Dios.
4: Las burlas de los enemigos y la aflicción del salmista
5: Recuerdo de las antiguas fiestas gozosas
6: Esperanza de salvación
42, 7-12: El sufrimiento en el extranjero.
7-11: Situación angustiosa y oración ferviente.
12: Esperanza de salvación: repetición (6).
43, 1-5: Reza a Dios42, 2-6: Tiene sed de Dios.
2-3: Quisiera ir al templo, para ver el rostro de Dios.
4: Las burlas de los enemigos y la aflicción del salmista
5: Recuerdo de las antiguas fiestas gozosas
6: Esperanza de salvación
42, 7-12: El sufrimiento en el extranjero.
7-11: Situación angustiosa y oración ferviente.
12: Esperanza de salvación: repetición (6).
1-3: Súplica.
4: Da gracias a Dios, como si ya lo hubiera obtenido.
5: Esperanza de Salvación: repetición (42,6)
Salmo
2 Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío;
3 tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
4 Las lágrimas son mi pan noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?».
5 Recuerdo otros tiempos,
y desahogo mi alma conmigo:
cómo marchaba a la cabeza del grupo
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
6 ¿Por qué te acongojas alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío».
7 Cuando mi alma se acongoja te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermon y el Monte Menor.
8 Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.
9 De día el Señor, me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza del Dios de mi vida.
10 Diré a Dios: «Roca mía, ¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?».
11 Se me rompen los huesos,
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»
12 ¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío».
Salmo 43 (42)
1 Hazme justicia, oh Dios, defiende mi causa,
contra gente sin piedad,
sálvame del hombre traidor y malvado.
2 Tú eres mi Dios y protector:
¿por qué me rechazas?
¿por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
3 Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.
4 Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.
5 ¿Por qué te acongojas, alma mía
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío».
Palabras clave
- Pasión por Dios: Mi alma te busca a ti (2), tiene sed de Dios (3), cuándo entraré a ver el rostro de Dios (3).
- Salvación: Hazme justicia (43, 1), defiende mi causa (43, 1) envía tu luz y tu verdad (43, 3 ), que ellas me guíen (43, 3).
- Gozo: Entre cantos de júbilo y alabanza (42, 5), que me acerque al altar de Dios, al altar de mi alegría (43, 4).
La luz del Nuevo Testamento
“Me muero de tristeza. Quedaos aquí y estad en vela conmigo” (Mt 26, 38).
“Yo he venido al mundo como luz, para que ninguno que cree en mí quede a oscuras” (Jn 12, 46).
“Sus servidores le prestarán servicio, lo verán cara a cara” (Ap 22, 4).
“Quien tenga sed que se acerque; el que quiera, coja de balde agua viva” (Ap 22, 17).
Oración
Oh Dios, eres el manantial de todo bien;
ya ves nuestro desvalimiento
y nuestro anhelo hacia Ti
Envíanos por medio de Jesucristo
tu luz y tu verdad,
para que llegados a tu monte santo,
nos saciemos en la fuente de tu amor,
y llenos de gozo y consuelo,
te alabaremos eternamente.