Salmo 46 (45)

Teniendo a Dios en medio,
no vacila.
Salmo de Sión. Mirando al final de los tiempos.

Tema


Este salmo ensalza el monte Sión, porque es la morada de Dios.  Celebra algún gran acontecimiento; tal vez, la victoria que Dios otorgó a Israel, cuando el asirio Senakerib tenía cercada a Jerusalén. Este salmo, más allá de la cima del monte Sión, orienta nuestros ojos hacia la Iglesia y hacia la Jerusalén del cielo. A través de todo el salmo, se pone de manifiesto un hermoso ambiente festivo.
  2-4a: Celebra la victoria de Dios: Si Dios está a favor de los israelitas, no temerán las fuerzas hostiles de la naturaleza.
  4b: Estribillo: Encierra todo el contenido del salmo, es decir, que Dios es el refugio de los israelitas, desde su morada en Jerusalén.
  5-7: Las acometidas de los extranjeros tampoco harán vacilar a Sión, porque ahí vive Dios.
  8: Estribillo.
  9-10: El salmista se dirige a cada uno de los hombres, para que vean con sus propios ojos las obras y la fuerza de Dios.
11: Habla Dios dando veracidad a lo dicho hasta ahora.
12: Estribillo.

 Salmo


  2 Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
     poderoso defensor en el peligro.

  3 Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
     y los montes se desplomen como el mar.

  4 Que hiervan y bramen sus olas,
     que sacudan a los montes con su furia:
     El Señor de los Ejércitos está con nosotros,
     nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

  5 El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
     el Altísimo consagra su morada.

  6 Teniendo a Dios en medio, no vacila,
     Dios la socorre al despuntar la aurora.

  7 Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan:
     pero el lanza su trueno y se tambalea la tierra.

  8 El Señor de los Ejércitos está con nosotros,
     nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

  9 Venid a ver las obras del Señor,
     las maravillas que hace en la tierra:

10 pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
     rompe los arcos, quiebra las lanzas,
     prende fuego a los escudos.

11 «Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
     más alto que los pueblos, más alto que la tierra».

12 El Señor de los Ejércitos está con nosotros,
     nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Palabras clave


- La protección de Dios: Nuestro refugio y nuestra fuerza (2), poderoso defensor en el peligro (2), nuestro alcázar (4b.8.12), Dios la socorre (6).
- Soberanía de Dios: Lanza su trueno y se tambalea la tierra (7), pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe (10), rompe los arcos (10), quiebra las lanzas (10), prende fuego a los escudos (10), más alto que los pueblos, más alto que la tierra (11).
- Las fuerzas de la naturaleza:
- Destructoras: Tiembla la tierra (3), los montes se desplomen en el mar (3), que hiervan y bramen sus olas (4), sacudan a los montes (4).
- Favorables: El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios (5).

La luz del Nuevo Testamento


“Le pondrá de nombre Emanuel, que significa Dios con nosotros” (Mt 1, 23).
“Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no la derrotará” (Mt 16, 18).
“Mirad que yo estoy con vosotros cada día, hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20).
“Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará con ellos y ellos serán su pueblo; Dios estará con ellos” (Ap 21, 3). (Ver también Ap 22, 1).

Oración


Señor Altísimo,
Tú lo puedes todo:
Estás por encima de todos los pueblos.
Porque tu Hijo ha tomado nuestra naturaleza,
eres admirable entre nosotros,
y a la Iglesia la has construido sobre “Roca”.
Pacifica las guerras entre nosotros,
destruye los fusiles, quema las pistolas y la metralletas,
aparta de entre nosotros los odios y las rivalidades;
que llegue hasta nosotros la vida nueva de tus acequias,
para que un día lleguemos a ser “tu pueblo”
sin temor a nadie.